• El amanuense del escritor argentino platicó en la Capilla Alfonsina, sobre la amistad del autor de El Aleph y el mexicano Alfonso Reyes

 

 

“Creo que una de las mayores injusticias en este mundo es que a ninguno de los dos titanes de la  literatura universal como son Jorge Luis Borges y Alfonso Reyes, se les haya otorgado el Premio Nobel de Literatura”.

 

Así se expresó el escritor y periodista argentino Roberto Alifano, quien se encuentra en México para dar una serie de pláticas sobre el autor de El Aleph.

 

  • El amanuense del escritor argentino platicó en la Capilla Alfonsina, sobre la amistad del autor de El Aleph y el mexicano Alfonso Reyes

 

“Creo que una de las mayores injusticias en este mundo es que a ninguno de los dos titanes de la  literatura universal como son Jorge Luis Borges y Alfonso Reyes, se les haya otorgado el Premio Nobel de Literatura”.

Así se expresó el escritor y periodista argentino Roberto Alifano, quien se encuentra en México para dar una serie de pláticas sobre el autor de El Aleph.

 

Durante una charla sostenida con el ensayista mexicano Adolfo Castañón, en la Capilla Alfonsina, el amanuense de Borges comentó que la amistad de éste y Reyes comenzó en la década de los 20, cuando intercambiaban libros a través de Guillermo de la Torre.

 

Ambos especialistas coincidieron en que de esta relación de tipo epistolar, nació una amistad entrañable con una conexión profunda y simpática.

 

Posteriormente, Roberto Alifano describió al cuentista y poeta Jorge Luis Borges como una persona “divertida que siempre hacia bromas, no era nada serio. Lo que sí es que se entregaba al arte de manera total. Le gustaba viajar y se sentía más cómodo hablando”.

 

Y dijo: “Mi relación con Borges es uno de los mejores dones que le debo a la vida, ya que fue un personaje maravilloso y generoso”.

 

El también director de la revista Proa desde 1988 señaló que trabajar al lado del sudamericano “era una fiesta, un honor y un placer. Para mí, este ser literario fue el más grande escritor del siglo XX”.

 

Contó que en alguna ocasión, en casa de Octavio Paz, el también escritor Juan José Arreola, al conocer a Borges, se arrodilló y le besó la mano, y luego le expresó “Borges, le entrego 30 de admiración, a lo que le contestó: Pero señor, qué manera de perder el tiempo”.

 

En ese sentido, Alifano recordó que el humor de Jorge Luis era sarcasmo, ironía pura. “Borges modificó mi mundo, lo iluminó con su luz única. Estar a su lado fue como compartir los días de Shakespeare, Dante o Quevedo”, concluyó.

 

 

 

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