Índice del artículo

El novelista que escribe sus guiones

La autora ha realizado numerosos guiones como Chido Guan el tacos de oro, que fue filmado en 1985 por su entonces esposo, el director de cine Alfonso Arau. “El cine me enloquece, es el arte de nuestro siglo…Además, es un trabajo de equipo que me resulta apasionante, por el gran arte que suele ser interdisciplinario.”

“La historia es la base del cine, pero hay veces que si se tiene un guión maravilloso, pero el director no lo sabe realizar, entonces no sirve de nada. El guión es una base importantísima, pero en lo personal creo mucho en el trabajo de equipo.”

También realizó la adaptación cinematográfica de la novela Regina de Velásquez Piña. “Creo que yo trabajo las novelas un poco como guionista de cine, porque a mi me encanta el cine y he hecho muchos más guiones que otra cosa.”

Su primera novela, Como agua para chocolate (1989), fue traducida a 33 idiomas, entre los que se encuentran el italiano, sueco, francés, ruso, húngaro, danés y japonés, y vendida en más de veintiún países. En esta novela por entregas rescata la educación sentimental de la mujer de principios de siglo.

Pero el éxito no siempre es dulce. “Con la publicación de la novela, de un día para otro se me vino el mundo público encima; fue algo tan apabullante que yo no sabía cómo manejarlo y lo único que quería era huir, esconderme (…)”

Con la enorme difusión que tuvo la novela, “el mundo íntimo que yo tenía bajo control desapareció, y apareció otro en el que yo no tenía ningún control: los viajes, las entrevistas, las conferencias, las presentaciones, la firma de ejemplares…llegó un momento en el que todas esas exigencias me desgastaron y hasta me arrepentí de haber escrito la novela.”

Para la autora, acostumbrada a “mundos íntimos y cerrados” fue “muy difícil asumir que yo tenía que empezar a hablar y a decir lo que yo pensaba con todas las consecuencias que esto trae.” Esquivel atribuye el enorme éxito de su obra a que “habla de un mundo que el progreso nos arrebató de las manos. Un mundo que tiene que ver con la tierra, con la sensualidad, con la emoción.”

El libro recibió el premio American Booksellers Book of the Year de Estados Unidos a los autores cuyas obras han permanecido largo tiempo en la lista de los libros mejor vendidos. Fue la primera ocasión que este premio se otorgó a un autor no estadounidense. Otros autores galardonados con esta distinción han sido Ray Bradbury, Tatcher, Susan Sontag y Salman Rushdie.

La novela surgió como guión, pero sólo posteriormente fue llevada al cine. Durante la filmación de la película, cuyo guión obtuvo un Ariel, la autora sufrió una trombosis cerebral. Después, un hermano de su esposo Alfonso Arau la acusó de plagio. La novela también recibió una dura crítica por parte de muchos intelectuales.

Sin embargo, el libro vendió cinco millones de ejemplares en todo el mundo y en 1992 la autora recibió el premio de Mujer del Año. Cuenta que una vez su amigo, el cineasta Alejandro Jodorowsky le dijo: “mira Laura, hagas lo que hagas, de todas maneras te van a criticar. Algunos gritarán que escribiste una obra maestra, otros que hiciste una mierda y te lo van a decir en tu cara.”

Por eso, afirma: “no me importa que me llamen escritora light, creo que las más de las veces lo dicen por envidia.” También sostiene: “no me importa que me llamen cursi por decir que creo en el amor, que me gusta estar en mi casa, cocinar y bordar, porque creo que cada uno de estos actos íntimos están transformando al mundo.”