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“No me gusta que las historias se acaben, ni en el cine, ni en la literatura, ni en la vida. Siempre tiene que haber más posibilidades, más caminos, más respuestas” decía Vicente Leñero, periodista a toda prueba, cuyo legado, además de su obra escrita, fue abrir camino como maestro de generaciones enteras de dramaturgos, guionistas,  periodistas, novelistas y cronistas.

 

 

Vicente Leñero nació el 9 de junio de 1933 en Guadalajara, Jalisco. A temprana edad llegó a la Ciudad de México, donde estudió Ingeniería en la UNAM. No convencido de hacer estudios topográficos, pronto se dirigió hacia las letras: al cuento, la novela, la dramaturgia, el periodismo, el guionismo cinematográfico géneros en los que dejó testimonio político y social de su tiempo.

El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura celebra su legado al cumplirse, el próximo domingo 9 de junio, el 86 aniversario de su nacimiento.

En el panorama de las artes en México, Vicente Leñero representa un caso particular por la amplitud de su talento, lo innovador de sus aportaciones, por sus convicciones ideológicas y religiosas, lo certero de su pluma y la generosidad de su labor.

“El periodista no está llamado a resolver las crisis, está llamado a decirlas”

Vicente Leñero estudió ingeniería en la UNAM y aprendió periodismo en la Escuela Carlos Septién García. Su carrera periodística inició como reportero y articulista en la revista Señal. Más tarde fue director de la revista Claudia (1969–1972) y de donde salió al ser invitado por el periodista Julio Scherer  a integrarse como director a la Revista de Revistas (1973-1976). Fue colaborador de Excélsior y posteriormente subdirector fundador del semanario Proceso.

“La realidad le hace a uno escribir historias más interesantes de lo que uno se puede imaginar”

Como creador artístico, Vicente Leñero cultivó el cuento, la novela, la crónica, la dramaturgia y el guion para cine y televisión. Muchas de sus obras han sido llevadas ya sea al cine o al escenario teatral: El martirio de MorelosPueblo rechazadoCompañeroLa carpaAlicia tal vezPelearán diez roundsHace ya tanto tiempoSeñoraLa noche de Hernán CortésLa mudanza y Nadie sabe nada, entre muchas otras.

Entre su narrativa destacan: Los albañiles (1963), Estudio Q (1965), El garabato (1967), Redil de ovejas (1972), El evangelio de Lucas Gavilán (1979), Asesinato (1985), La vida que se va (1999) y Mucho más gente así (2017), entre otras.

“Yo en algún tiempo quería escribir mis guiones para encontrar un director, pero todos los directores, o casi todos los directores en México y en el mundo tienen su propia historia”

Realizó los guiones para cintas fundamentales del cine mexicano, como Los de abajoMariana MarianaEl callejón de los milagrosLa ley de HerodesEl crimen del padre Amaro, entre otros.

Leñero fue becario del Instituto de Cultura Hispánica de Madrid (1956), del Centro Mexicano de Escritores (1961 y 1964) y de la Fundación Guggenheim (1967), y miembro del Sistema Nacional de Creadores desde 1994.

“Todos los escritores lo que hacemos al escribir novelas es reinventar y contar nuestra propia vida, para eso inventamos personajes. La realidad le sirve a uno para decir lo que uno siente”.

Obtuvo los premios: Nacional de Cuento Universitario (1958), Biblioteca Breve (1963) por Los albañiles, Juan Ruiz de Alarcón 1979 por La mudanza, Mazatlán de Literatura 1987 por Puros cuentos, Mejor obra por la Agrupación de Periodistas Teatrales y El Heraldo (1988) por Nadie sabe nada, además del Premio Nacional de Literatura Juan Ruiz de Alarcón (1992) por Trayectoria.

Obtuvo también el  Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez (1997), Xavier Villaurrutia (2000) por La inocencia de este mundo, Premio Nacional de Literatura y Lingüística (2001), Medalla Salvador Toscano (2008), Premio Letras de Sinaloa (2009) y  la Presea Caridad Bravo Adams, otorgada por la Sogem en 2014.

“La ironía es la mejor arma que poseen el periodista y el escritor”

En 2011 el INBAL le otorgó la Medalla Bellas Artes por su trayectoria como dramaturgo.

Integrante de la Academia Mexicana de la Lengua, fue elegido el 11 de marzo de 2010 para ser el cuarto ocupante de la silla XXVIII. Tomó posesión de ella el 26 de mayo de 2011.

Dentro del periodismo legó a las nuevas generaciones títulos que son materia obligada en las universidades: El derecho de llorar y otros reportajes (1968), La Zona Rosa y otros reportajes (1972), Manual de periodismo (con Carlos Marín, 1986) y Talacha periodística(1989) y Periodismo de emergencia (2007).

“El periodismo y la literatura han sido mis fuerzas purificadoras. Camus tiene una frase lapidaria: ‘Cuando se acaba el misterio, se acaba la vida’”

La actriz Lisa Owen, quien asistió por 20 años al taller de teatro de Vicente Leñero, comentó alguna vez: “Aprendí de él que para escribir primero tienes que escribir, así de sencillo. Como maestro, es muy generoso. Cualquiera puede llegar hasta él con su escrito en una servilleta y lo lee, y te dice ‘colega’, y te da su opinión de la manera más amable posible. Nunca lo vi humillar ni denigrar a nadie”.

Otro alumno, Juan Villoro, lo recordaba así: “Es un maestro en todos los géneros que cultiva. Ha abordado con gran maestría géneros como la novela, el teatro y la crónica. Es un extraordinario novelista, un gran autor de teatro. Mezcla con enorme sabiduría la ficción con la no ficción, a tal grado que ya no sabes qué es realidad y qué es imaginación”.