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A cien años del natalicio del escritor michoacano José Ceballos Maldonado, se conmemorará su obra, que siempre narró la cotidianeidad de la vida michoacana y a sus personajes, referentes del imaginario literario mexicano.

 

 

 Para ello, la Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, organiza una mesa redonda en la que participarán Héctor Ceballos Garibay, Antonio Marquet y Francisco Prieto, el próximo domingo 17 de marzo a las 12:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

 José Ceballos Maldonado publicó cinco libros en vida: tres novelas y dos compilaciones de cuentos. “Su carácter inseguro e hipercrítico lo obligaba a desechar buena parte de lo que había avanzado y así volvía a comenzar sus escritos casi desde el principio, sobre todo si había estado alejado de éstos durante cierto tiempo”, aclara Héctor Ceballos Garibay, su hijo.

 Y agrega: “Y si a esta manera pausada y escrupulosa de pulir su prosa le añadimos las múltiples ocupaciones que merecían su atención (negocios, docencia, cuidado de pacientes y viajes), comprendemos mejor el hecho de que su obra editada sea tan escasa”.

 Sus dos primeros libros fueron ediciones costeadas por el propio autor, y pese a haber tenido relativo éxito, ninguna editorial importante se interesó por su obra posterior. Al agotarse las primeras ediciones de sus libros pronto su nombre se diluyó en el olvido.  

En este contexto, la prosa de Ceballos Maldonado fue bien recibida por los principales comentaristas de aquel entonces, que sin embargo no ocultaron cierto dejo peyorativo al definirla como una producción esencialmente naturalista, localista y carente de vestiduras literarias.

 “En los actuales tiempos posmodernos, por fortuna, los juicios críticos y analíticos se han vuelto más flexibles y diversos. Quizá por ello, en la lectura y relectura contemporáneas de la obra legada por el escritor, hoy pueden encontrarse valores sociológicos y artísticos que no fueron debidamente ponderados durante aquella etapa signada por el furor vanguardista (la sobrestimación de la “nueva novela” francesa) y el ímpetu rebelde de los jóvenes”, menciona Ceballos Garibay.

 Uno de sus libros más famosos son los cuentos de Blas Ojeda (Costa Amic, 1964). “Más allá de la escandalera que suscitó el libro en la fecha de su publicación (debido a que algunos uruapenses se reconocieron como personajes y montaron en cólera), lo trascendente para la historia de la literatura nacional es que varios de estos cuentos aún impactan por la fidelidad con la que retratan esa mentalidad sexista, acomplejada, supersticiosa y adocenada que todavía pervive como lastre en el actuar de los seres humanos”.

Otra de sus obras, Después de todo(Diógenes, 1969), narrada en primera persona, versa sobre las dramáticas peripecias de un profesor que arrostra, con valentía y dignidad, los prejuicios de una sociedad intolerante. “Dado que es una de las novelas pioneras de la literatura gay en el país, debido a la manera objetiva y natural como recrea el tema, y en la medida en que le apuesta a la defensa de la diversidad sexual, no hay duda de que Después de todo marca un hito en la historia de la literatura mexicana”, explica.

 “Son precisamente los valores literarios materializados en sus textos, el único factor que justifica el papel central de José Ceballos Maldonado en nuestras letras contemporáneas. Se trata de un escritor que no sólo supo recrear con profundidad las hipocresías, los tabúes, las manías, patologías y en general la idiosincrasia de su época, sino que además lo hizo recurriendo a lo que en mi opinión es su principal virtud narrativa: el acertado manejo psicológico de los personajes”, finaliza Héctor Ceballos Garibay.