·        Con una mesa en la que participarán los investigadores Yanna Hadatty y DaniarChávez

·        Jueves 17 de enero a las 19:00 en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia

Editor, investigador, curador de las letras mexicanas y escritor. La huella indeleble que Luis Mario Schneider dejó en México, donde residió desde 1960 hasta su muerte en 1999, engloba todos estos campos, mismos que se discutirán en una mesa que se llevará a cabo este jueves 17 de enero a las 19:00 en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia. Participarán los investigadores Yanna Hadatty y Daniar Chávez. 

 Luis Mario Schneider hizo a un lado la Odontología para estudiar Humanidades en la Universidad de Córdoba y, posteriormente, se doctoró en Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. En Argentina fue profesor de literatura infantil y española, educación democrática, idioma nacional, y su tesis doctoral fue El Estridentismo, o una literatura de la estrategia, donde abordó uno de los principales campos de estudio de su vida: el Estridentismo, la vanguardia mexicana.  

“Considero que el valor de Luis Mario Schneider radica en revisitar la tradición de la ruptura de nuestras letras desde el rescate de diarios y revistas. Su estudio del Estridentismo parte de una minuciosa revisión de revistas, Zig Zag y El Universal Ilustrado, por ejemplo”, afirmó Yanna Hadatty, doctora en Letras por la UNAM, especializada en las vanguardias literarias iberoamericanas.

“Sus archivos y biblioteca -y no únicamente su obra publicada- constituyen un generoso legado hasta el presente”, agregó.

“Fue Luis Mario Schneider a quien Adolfo Castañón llamara acertadamente museógrafo de las letras mexicanas”, comentó el investigador Daniar Chávez, quien también participará en la mesa. “Digo acertadamente porque la labor de Schneider abarcó no solo la investigación y la docencia, sino también el trabajo de edición, curaduría y rescate de textos de escritores de la talla de Gilberto Owen, Xavier Villaurrutia, Vicente Riva Palacio, Antonieta Rivas Mercado o Jaime Torres Bodet”. 

Lector incansable y agudo crítico, el intelectual argentino naturalizado mexicano no se dedicó únicamente la investigación, la edición o a la traducción, sino que cultivó también una amplia labor como escritor. Fue el ganador, en 1977, del Premio Xavier Villaurrutia con su primera novela: La resurrección de Clotilde Goñi.

Valparaíso (1963) y La semilla en la herida (1995) son solo dos de sus libros de poesía. Como ensayista publicó Ruptura y continuidad: la literatura mexicana en polémica (1975); Gabriela Mistral: itinerario veracruzano (1991) y La novela mexicana entre el petróleo, la homosexualidad y la política (1997), por mencionar algunos títulos.

“Su curiosidad se enfocaba lo mismo hacia la cultura popular que las letras contemporáneas. Hizo traducción, investigación, historiografía, crítica y bibliografía, una labor muy completa que abre brecha desde entonces sobre los caminos posibles para transitar sobre las letras mexicanas del siglo XX”, concluyó Yanna Hadatty.