• Especialistas participarán en la mesa Hacer revistas antes y después de Contemporáneos
  • Como parte de las actividades para conmemorar a este grupo a 90 años de su fundación
  • Jueves 20 de septiembre a las 19:00 en la Capilla Alfonsina

Hacer revistas antes y después de Contemporáneos es una mesa en la que especialistas analizarán la importancia de esta publicación, cuyas aspiraciones cosmopolitas y el rigor de sus propuestas la convirtieron en un paradigma en el quehacer editorial en México. En esta actividad, que forma parte del programa El legado de Contemporáneos a 90 años, participarán Rose Corral y Celene García Ávila el jueves 20 de septiembre a las 19:00 en la Capilla Alfonsina.

 

Una revista sin futuro lucha por un país sin pasado. Bajo esta premisa se puede clasificar la historia de la revista Contemporáneos —paralela a la reconstrucción social, política y cultural del México de los años 20— si se revisa de forma superficial, dejando de lado lo polifacético, polémico y diverso que fue su desarrollo, tal como fuera el del propio país.  

 

Sobre la importancia de esta publicación mexicana y su poliédrica historia, Rose Corral y Celene García Ávila pondrán sobre la mesa todas las aristas, pros, contras y aportaciones que llevaron a esta revista a la posteridad como un referente en el ámbito editorial, cultural y literario en México, a pesar de haber tenido un periodo de circulación particularmente corto y de haber sido objeto de críticas feroces y voraces intentos de desprestigio.

 

A la revista Contemporáneos los ataques le llegaron en diversas formas, siendo las más trascendentes aquellas críticas que la tachaban de extranjerizante y antinacionalista, de ser una publicación con aspiraciones europeas que no tenía suficiente con lo que México podía ofrecerle. Al respecto, Rose Corral explica: “Para entender estas críticas reiteradas hasta el cansancio, hay que hacer algo de historia y entender que la literatura y la cultura americanas en general, no solo la mexicana, estaban en formación, es decir, en reconstrucción, luego de una década de violencia y cambio que dejó de lado casi totalmente el ámbito cultural y artístico del país”.

 

La doctora en Literatura hispánica agregó: “Recordemos que apenas teníamos un siglo de independencia, y se estaban forjando las letras y el arte del continente. Entonces, inevitablemente, se nutrían en otras tradiciones, sobre todo la europea. La polémica que se dio entre ‘extranjerizantes’ y ‘nacionalistas’ tuvo lugar en todo el continente, no solo en México. Fue una falsa polémica que pronto Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña, cada uno a su manera, criticaron, porque las culturas no existen aisladas, se nutren unas de otras”.

 

Contemporáneos se nutrió así de los trabajos de colaboradores multidisciplinarios de diversas partes del mundo, entre ellos, Henri Matisse, Peggy Bacon, Pablo Picasso, Man Ray, Tamiji Kitagawa, George Braque y Salvador Dalí, pero también del talento de artistas mexicanos, como José Clemente Orozco, Agustín Lazo, Manuel Rodríguez Lozano y Diego Rivera.

 

“La revista les dio a sus miembros y colaboradores un espacio para dar a conocer sus obras en marcha, para expresar sus puntos de vista y sus críticas sobre el quehacer literario y cultural del país, pero también, de otras latitudes”, afirma Corral.

 

Contemporáneos fue un espacio que le permitió a sus miembros y ajenos a ella explorar posibilidades de difusión, creación y conocimiento que en muchas ocasiones se veían frustradas por las limitaciones de su época. “Contemporáneos es, en suma, un hito esencial de la historia cultural de México,” concluyó la especialista.