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“Al igual que la antipoesía del escritor, este sería un antihomenaje y yo empezaría por el final, tal como funcionaba el cerebro y la sensibilidad de Nicanor, de quien nunca se sabía si hablaba en serio o en broma”, comentó el escritor Hernán Lavín Cerda durante la actividad especial que se realizó para conmemorar el natalicio de Nicanor Parra.

 

Apio verde tu yu fue el título de la charla organizada por la Coordinación Nacional de Literatura (CNL) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) realizada en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia. Estuvieron presentes los poetas y escritores Eduardo Langagne y Hernán Lavín Cerda, bajo la moderación de la gestora cultural María Ester Saldivia.

“Las sincronías existen”, afirmó Saldivia, ya que al proponer una actividad para recordar al reconocido antipoeta, Geney Beltrán, coordinador nacional de Literatura del INBA, le ofreció justo el día en que Nicanor Parra cumpliría 104 años, de allí el motivo del nombre: Apio verde tu yu, una expresión que juega con la fonética de Happy birthday to you. “Se trata de un término muy chileno que seguramente Parra utilizaba”, agregó.

Antes de iniciar la actividad, María Hanneman Vera, pianista de 12 años, integrante más joven de la Cátedra de piano Ricardo Castro del Conservatorio Nacional de Música del INBA, interpretó Gracias a la vida de Violeta Parra y Scherzino mexicano de Manuel M. Ponce.

El primero en hablar fue Eduardo Langagne, quien señaló que para abordar a Nicanor se podía utilizar la palabra familia, y no solo por sus hermanos Roberto y Violeta, sino por las familias lingüísticas que hay en nuestro continente y forman una de las más vigorosas poéticas que hay en el mundo. Además, refirió que el reconocido poeta chileno incorporó la lengua inglesa para obtener una multiplicidad de voces.

También refirió que Parra admiraba mucho al poeta Carlos Pezoa Véliz y afirmó que seguramente lo tomó como punto de partida, de este autor leyó párrafos pertenecientes a El perro vagabundo. Prosiguió con los nueve puntos que escribió Nicanor sobre la antipoesía, entre los que menciona que los antipoemas deben leerse en el mismo orden en que fueron escritos, con buena fe y no complacerse con el nombre del literato; es necesario tratar de gozar y no de entender ni discutir aquello que no se ve, de oír sin replicar la palabra de los autores.

Nicanor Parra, en la búsqueda de un estilo personal, descubrió a los poetas populares en la Universidad de Oxford, donde fue a estudiar cosmología, ya que también era físico y matemático. En esa etapa se dio cuenta de que en la poesía se puede utilizar el humor de todos colores, que existe el mester de clerecía y el mester de juglaría, explicó Langagne.

Recordó que en los años cincuenta había un concurso de poesía en Chile al que Nicanor Parra mandó tres propuestas con diferentes seudónimos; ganó primero, segundo y tercer lugar. También mencionó que su hermana Violeta, a quien él llamaba La viola chilena, fue un personaje central en la vida del poeta.

Por último, dijo que sus antipoemas no son un descubrimiento peculiar. “Había que rastrear almas, no solo la escritura culta, también los cantares populares, que a la usanza de los antiguos juglares de la literatura española utilizaban el doble sentido y la picaresca, palabra clave”.

Durante la velada se recitaron algunos poemas de Nicanor Parra como Padre nuestro, El hombre imaginario, entre otros. Además, a los asistentes se les regaló la copia deCoplas del vino y, como detalle del acto conmemorativo, al final de la hoja había una frase: “Muchas gracias por haber asistido a mi cumpleaños 104”.

 

María Ester Saldivia, Hernán Lavín Cerda, María Hanneman Vera y Eduardo Langagne