• Participará el crítico literario Adán Ramírez 
  • El miércoles 15 de febrero a las 19:00 en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes

James Joyce fue un autor connotado en su época, y que con el paso del tiempo, al revalorarse su obra, se convirtió en un pilar de la literatura moderna y la novela en específico. De esto y otros temas relacionados hablará el crítico literario Adán Ramírez como parte del ciclo Lo joven y lo clásico, que se realizará este miércoles 15 de febrero a las 19:00 en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.

“La razón por la que Joyce ha tomado más importancia es que hay un crecimiento espectacular en su obra, una gradación”, comentó Adán Ramírez, quien aclaró que el autor irlandés fue, en Dublineses, y luego en Retrato del artista adolescente, de menos a más como antes nadie lo había hecho.

“En sus retratos sobre Dublín, al comienzo parece ser un realista a lo Flaubert, pero, según se avanza en los relatos, vemos cómo se va consolidando el estilo para luego encontrar su voz, como en Los muertos. De igual manera en su primera novela, que es el paradigma de la novela de formación, Joyce va de sujeto, verbo, objeto, a escribir en un idioma virtuoso. Esto, que ahora parece tan sencillo de ver, fue para los contemporáneos una barrera difícil de franquear.

“Aquí tan solo he hablado del aspecto técnico, si sumamos la Gran Guerra y el autoexilio de Joyce de una Irlanda muy nacionalista, se puede entender por qué su obra no tuvo en un principio gran impacto”.

Mucho se ha hablado sobre la complejidad en la obra Ulises de Joyce. Pero, ¿qué características la han convertido en una lectura que requiere gran compromiso por parte del lector? Para Adán Ramírez esta novela desde su origen busca ser complicada, al pensarse su trama como una analogía de la Odisea.

“No se puede leer al pie de la letra como una Odisea moderna, sino como una burla de eso. Joyce, amante y conocedor de la tradición clásica y de la moderna, justamente busca acabar con todo aquí. Un iconoclasta serio que acaba con la épica y la novela. Y a esto se suman una cantidad ilimitada de aspectos técnicos como la corriente de la conciencia y la invención de palabras”.

Otro elemento característico de James Joyce es la experimentación en cada uno de sus textos, como en Finnegans Wake, que muchos han catalogado como la obra más embrollada del escritor.

“Joyce en esta obra, que se tardó poco más de quince años en escribir, completa esa gradación, es ir de menos a más, destruyendo la lengua inglesa inventándose una propia. Es una obra que retoma la diversidad de lenguas de Babel. Es lo que Octavio Paz decía: La obra poética más vasta y poderosa de la literatura moderna. Su tema es inmenso y a la vez mínimo,  la historia de la caída, velorio y resurrección de Tim Finnegan, que no es otro que el idioma inglés”.

  

Adán Ramírez propone a un primer lector de la obra Joyce comenzar leyendo DublinesesRetrato del artista adolescente porque son, a su parecer, los libros imprescindibles antes de Ulises. Y agregó: “Me interesa acercar al lector contemporáneo mexicano a la obra de este irlandés. Ver en dónde sigue vivo Joyce e intentar sugerir de la mejor forma su originalidad y dimensiones”.