• Raquel Castro encabezará la charla Mujer que sabía latín en el ciclo Una habitación propia
  • El miércoles 25 de noviembre a las 19:00 en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes

 

A 90 años del nacimiento de Rosario Castellanos, la escritora y periodista Raquel Castro explorará la vida y la obra de una de las mujeres más importantes de la literatura mexicana. La Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes será la sede donde tendrá lugar la charla Mujer que sabía latín del ciclo Una habitación propia, el miércoles 25 de noviembre a las 19:00.

 

En entrevista para la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la cuentista y ensayista Beatriz Espejo aseveró que desde Sor Juana Inés de la Cruz no había surgido una figura realmente importante en la literatura mexicana como lo fue Rosario Castellanos Figueroa (Distrito Federal, México, 1925-Tel Aviv, Israel, 1974), de quien se refirió como una mujer brillante que trazó su vida y su destino por sí misma.

 

  • Raquel Castro encabezará la charla Mujer que sabía latín en el ciclo Una habitación propia
  • El miércoles 25 de noviembre a las 19:00 en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes

A 90 años del nacimiento de Rosario Castellanos, la escritora y periodista Raquel Castro explorará la vida y la obra de una de las mujeres más importantes de la literatura mexicana. La Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes será la sede donde tendrá lugar la charla Mujer que sabía latín del ciclo Una habitación propia, el miércoles 25 de noviembre a las 19:00.

En entrevista para la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la cuentista y ensayista Beatriz Espejo aseveró que desde Sor Juana Inés de la Cruz no había surgido una figura realmente importante en la literatura mexicana como lo fue Rosario Castellanos Figueroa (Distrito Federal, México, 1925-Tel Aviv, Israel, 1974), de quien se refirió como una mujer brillante que trazó su vida y su destino por sí misma.

 

“Su tesis de maestría la hizo precisamente sobre los derechos de la mujer. A juzgar por lo que escribió en toda su obra me pude percatar de que hacía literatura oral y luego la traducía a la escrita. Incluso, se dice que Balún Canán (1957) nació después de una noche de conversación con Emilio Carballido. Era muy confesional y parte de su obra salió de experiencias propias”, comentó Espejo.

 

Rosario Castellanos fue profesora de Beatriz Espejo en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. “Era una maestra brillante porque ella así lo era todo el tiempo. Tenía un carácter más difícil de lo que se ha dicho, precisamente por su sagacidad y su ironía”.

 

Castellanos Figueroa creció en un rancho familiar en Comitán, Chiapas, donde conoció la marginación por clase social, raza y género. Como muchas mujeres de su generación, fue la escritura su herramienta para alzar la voz ante la sumisión y la injusticia. De tal forma, con su obra literaria contribuyó a romper con las convenciones sociales que hasta entonces se tenían de la imagen femenina.

 

“Las líneas que unen a determinados autores trascienden las épocas y tienen que ver más con las inquietudes, los intereses, las batallas que deciden luchar y los retos estéticos que deciden enfrentar. Así, pues, podríamos decir que Sor Juana y Rosario Castellanos se hermanan a pesar de los siglos pasados entre una y otra”, dijo por su parte Raquel Castro.

 

“¿Qué esperamos de las mujeres para que escriban si no tienen una situación de equidad con los hombres para ponerse a escribir, cuando tienen que hacerlo a ratos perdidos? La idea es reflexionar acerca de cómo a lo largo del tiempo diversas autoras han ido robando espacio o ganándolo, para darse a sí mismas y a su creación la oportunidad de cerrar la puerta y decir: ‘No me molesten, voy a escribir’”.

 

Para Raquel Castro, la sesión de Una habitación propia dedicada a la dramaturga, poeta, ensayista, novelista y narradora de Comitán es una invitación a conocer realmente a Rosario Castellanos, por lo que en la charla Mujer que sabía latín leerá fragmentos de su obra. “Vale la pena descubrir por qué sigue viva en nuestra literatura aunque físicamente ya no esté”, concluyó.

 

 

---000---