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Martí Soler ocupa un sitio histórico en la edición de libros en México. Con apego al estilo clásico y con grandes maestros, comenzó a escribir su historia en nuestro país hace más de cincuenta años. Desde entonces, se ha prodigado también como poeta, traductor y maestro para las nuevas generaciones, dado su vasto conocimiento y sencillez para compartirlo.

 

Martí Soler, con dos años cursados en la Facultad de Arquitectura, porque en aquellos años no había escuelas de diseño, incursionó en la edición de libros. Así, bajo la enseñanza del holandés Alexandre Alphonse Marius Stols, y los editores Joaquín Díez-Canedo y Arnaldo Orfila, la carrera de este hombre de origen catalán, que inició como técnico editorial y secretario de producción, tomó la dirección hacia la excelencia.

 

Por su reconocida trayectoria, que le hizo merecedor de la Condecoración de la Orden Mexicana del Águila Azteca en el grado de Insignia en 2006, entre otros reconocimientos, este domingo 17 de agosto, a las 12:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes,  el Instituto Nacional de Bellas Artes organiza una sesión de Protagonistas de la literatura, dedicado a Martí Soler, quien estará acompañado de David Huerta.

 

Cuestionado sobre el papel que ocupa Martí Soler en la historia de los editores en México, David Huerta destaca que se trata de un personaje central, cuya característica es el trabajo bien hecho.

 

“Ocupa un lugar central. Es un editor de la vieja escuela consagrado a esa ‘religión secular’ cuyo nombre debemos escribir con mayúsculas: El Trabajo Bien Hecho. Por esa razón, no nada más en la historia de los ‘editores en México’ hay que considerar a Martí Soler como una figura destacada; para mí, es fundamentalmente un poeta. Y además es traductor, maestro, conversador, músico, viajero, naturalista, hombre sabio, hombre de grandes conocimientos. Es, en fin, un hombre al que admiramos muchos lectores y escritores en México. Yo lo considero una especie de hermano mayor de quien mucho he aprendido, aunque mis fallas en tantos terrenos no deben reprochársele de ninguna manera”, expresó Huerta.

 

Con ocasión de la sesión “El Libro y sus secretos” celebrada el 10 de julio de 2013 en la Capilla Alfonsina en la Ciudad de México, Martí Soler compartió que tuvo la oportunidad de experimentar en nuevos terrenos y aprender acerca del mundo editorial con las Obras completas de Francisco Hernández, porque pudo incursionar por vez primera en el campo de la paleografía, de la mano de profesionales de la materia, quienes tenían la misión de transcribir los manuscritos para su publicación. Consideró que ese trabajo lo forjó como editor, al igual el libro de Nueva crónica y buen gobierno de Felipe Guaman Poma de Ayala, que fue uno de los primeros en despertar su interés.

 

Pero también en aquella sesión de “El libro y sus secretos”, Martí Soler vio hacia el futuro. Reconoció los nuevos tiempos que vive la industria editorial, y recordó a los asistentes que el libro como objeto no ha dejado de evolucionar desde sus orígenes, destacando que lo importante son los contenidos, tarea que los editores tratan de puntualizar, y finalmente que el libro como objeto de conocimiento, seguirá, sea en papel o en bytes. 

 

Actualmente y en medio de la convergencia tecnológica, que sigue impulsando la edición de libros electrónicos, David Huerta expresa que de nosotros depende que el ejemplo de Martí Soler permanezca o se esfume.

 

“La respuesta a esta segunda pregunta tiene que ver con lo que ya dije. No creo que llegue el momento en que desaparezcan los libros en papel; la tecnobarbarie puede llegar muy lejos, pero no tanto —además de que hay muchos lados en ese mundo que el propio Martí aprecia mucho, creo. De nosotros depende que el ejemplo de gente como Martí Soler permanezca o se esfume; en lo que de mí dependa, trataré de que conservemos siempre sus enseñanzas. Da un poco de pena saber que ese patrimonio intelectual, espiritual y aun técnico esté amenazado por tantos amagos de destrucción”, agregó Huerta.

 

La labor de Martí Soler ha dado lustre al Fondo de Cultura Económica, así como también a la Universidad Nacional Autónoma de México y El Colegio de México. Sin descontar su labor como traductor, tarea que lo ha llevado a diversos congresos de la especialidad, en los que ha dado representación a México.

 

Por su profuso conocimiento y gran trayectoria, en el año 2013 el Fondo de Cultura Económica lo nombró coordinador de las actividades editoriales para los centenarios de Octavio Paz, Efraín Huerta y José Revueltas, así como para los 80 años del FCE. 

 

Martí Soler nació en Gavà, Barcelona, en 1934. Cursó sus estudios primarios en su ciudad natal, después emigró a México con su familia. En 1959 comenzó a trabajar en el Fondo de Cultura Económica como técnico editorial, y permaneció allí hasta 1966, momento en el que ocupaba el cargo de secretario de producción. Entre 1966 y 1993 fue secretario de producción, gerente de producción, director de ediciones, subdirector general y director ejecutivo de Siglo XXI Editores. En 2003 se reincorporó al Fondo de Cultura Económica como titular de la unidad editorial. En 2007 se hizo cargo de la gerencia de producción y, desde 2009 y hasta muy recientemente, de la generación editorial. Entre las responsabilidades actuales del editor, traductor y poeta catalán están la actualización del catálogo histórico del FCE y la publicación en formato digital de una historia gráfica de la institución.

 

El 17 de abril de 2006 recibió la Condecoración del Águila Azteca, máximo galardón que el gobierno mexicano otorga a extranjeros que han contribuido al desarrollo del país.