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La escritora Mónica Lavín se hará escuchar en las voces de los actores José María de Tavira y Pedro de Tavira, en una lectura de su obra que se organiza como parte del ciclo “¡Leo… luego existo!”, que incentiva la lectura con la puesta en escena de algunas de las obras de destacadas figuras de la literatura nacional. Esta actividad se llevará a cabo el próximo domingo 31 de agosto, a las 12:00 horas, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, en la Ciudad de México. Entrada libre.

 

Aunque  bióloga de profesión, Mónica Lavín decidió desde temprana edad dedicarse a la escritura, en la que ha despuntado como una de las mejores narradoras actualmente en México. Pero ella no solo cultiva ese género, sino también el ensayo y el cuento, en donde ha sido reconocida también por su libro Ruby Tuesday no ha muerto, que ganó en 1996 el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen.

  

Actualmente pertenece al Sistema Nacional de Creadores de Arte y también es profesora investigadora en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). En fechas recientes, la producción literaria de Mónica Lavín ha entrado en el sendero de las novelas de carácter histórico, basadas en documentación. La casa chicaYo, la peor, dan muestra de esa acuciosa necesidad de partir de hechos reales para reconstruir una nueva historia.

 

Yo, la peor, es una novela que pone la mirada sobre sor Juana Inés de la Cruz a partir de mujeres que fueron cercanas a ella. Esta obra pone énfasis en sus últimos años, en los que debió de dejar de lado su vocación como escritora y deshacerse de sus libros, acosada al mismo tiempo por personas ubicadas en los principales puestos de la Iglesia en la Nueva España. El Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska fue para esta novela en el año 2010.

  

Un lector de novela y otro de cuento son distintos desde la visión de Mónica Lavín, pues la naturaleza de cada uno es diferente. Mientras que el primero de ellos sabe que habrá de tener una compañía garantizada por mucho tiempo, el otro se reconoce como una persona preparada para una sacudida repentina, como entrar a una habitación, encontrarse con algo inesperado y después entender qué ocurrió en ese lugar. Así lo ha explicado en algunas entrevistas Mónica Lavín.

 

Cada persona mantiene en sí mismo a cada uno de esos tipos de electores, según Mónica Lavín, pues habrá quien prefiera la compañía larga y entablar una relación estrecha con los personajes que vaya descubriendo, o quien se incline más por la turbación de un momento más corto, que lo deje conmovido y replanteándose muchas de sus propias concepciones.

 

Con esta lectura de la obra de Mónica Lavín por parte de los hermanos de Tavira, se trata de cumplir uno de los propósitos de este ciclo, que busca promover el gusto por leer, teniendo en cuenta lo difícil que por momentos resulta desarrollar esta actividad, debido a las distracciones, la rapidez con que se vive, o el exceso de información a la que actualmente se está sometido.