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Huella de intervalos es el segundo libro de Emilio Mendoza de la Fuente, en el que incursiona en lo cotidiano y en los momentos que crean el día a día. En 21 historias cortas muestra contradicciones, insatisfacciones, cobardía y esperanzas: la huella de nuestra existencia. Luis Bugarini, Miguelángel Díaz Monges, Elvira Peniche De Icaza y el autor presentarán este libro el próximo jueves 8 de junio a las 19:00 en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia. Entrada libre.

Huella de intervalos terminó de escribirse después de dos años continuos en los que el autor no solo se dedicó a escribir estas historias, sino también un poemario, por lo que se mezcló la prosa con la poesía. “La escritura se volvió menos fría, con más sentido poético en algunos tramos. Estos relatos no son necesariamente historias, sino un relato puro, una estampa de un momento determinado de la ciudad; no refiere a una historia de un personaje o de alguna familia, sino más bien a una breve imagen de algo que sucede en la ciudad”, comentó en entrevista el autor.

Distraer al destino fue su primer libro de relatos, del cual Emilio Mendoza de la Fuente no se desmarca por completo, pues acepta que esta nueva entrega va en esa misma ruta, complementada con nuevas búsquedas. “No puedo negar que el estilo sigue siendo el mismo, tal vez un poco más maduro. Siguen siendo relatos urbanos con la escenografía de una gran ciudad como fondo”. Los cuentos incluidos en este volumen abordan los pequeños placeres en la vida que no tienen que ser necesariamente sanos o bien vistos. “De repente vale la pena jugársela por disfrutar un poco de lo que estamos viviendo. Eso es un cambio fuerte con el libro anterior, en el que todas eran historias, todos eran cuentos, y en este hay relatos que son imágenes”.

El lector de Huella de intervalos encontrará temas recurrentes como la muerte y la fragilidad de la vida, porque a decir de Mendoza de la Fuente, le obsesiona que no tenemos la existencia eterna como seres humanos. “Hay referencia a esa parte de terminar la vida de una persona, de detener el tiempo para poder prolongar la existencia. Otra cuestión es que todos los relatos son pequeños momentos de vida, instantes íntimos, pequeñas decisiones. No está la gran tragedia o el gran cuento, sino más bien esas cosas del día a día que van marcando el ritmo en como uno va viviendo”.

Otros temas de este libro son la soledad, las relaciones humanas en una gran ciudad, los diferentes espacios de tiempo en la vida urbana y cómo se van generando. Quien lea estos relatos, dice el autor, irá encontrando —sobre todo si uno vive en una gran ciudad— estampas con las que se identificará, “esas imágenes que uno de alguna manera las hace suyas porque las ha vivido.  No son cuestiones ajenas al lector”.

A Emiliano Mendoza de la Fuente le interesa que este volumen sea leído porque “un texto nunca está completo hasta que un lector no pone las últimas letras encima de él”, aseguró. “Uno hace estas cosas para comunicar. Me gustaría que este libro se comentara, no lo escribí para darle gusto a todos, pero sí para que lo leyeran”.