• Participarán Óscar de la Borbolla, Jairo Calixto, María Luisa La China Mendoza y Miguel Sabido
  •  Martes 10 de octubre a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes
  • A un año de su muerte lo más importante que dejó es el hueco de un queridísimo amigo: Óscar de la Borbolla

 

Con más de 50 años dedicados a las letras, René Avilés Fabila escribió una vasta obra que se compone de novelas, cuentos y memorias. El autor de Tantadel será recordado por amigos en una charla en la que participarán Óscar de la Borbolla, Jairo Calixto, María Luisa La China Mendoza y Miguel Sabido, con una lectura por parte de Juan Ignacio Aranda, el martes 10 de octubre a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Entrada libre.

“Era un escritor muy versátil que tenía una facilidad enorme para escribir”, dijo Rosario Casco, quien fuera esposa de René Avilés Fabila. Ella se ha dedicado en el último año a concretar planes que su esposo no pudo terminar.Retablos y altares de la literatura universal es uno de estos proyectos. Se trata de un libro póstumo que recientemente se publicó, en el que Avilés Fabila analizó la obra de autores como Juan Rulfo, Óscar de la Borbolla, Elena Garro y Octavio Paz.  

 

“Están pendientes dos libros. Uno es la segunda parte de Retablos y altares, que trata de autores mexicanos, y otro de cuentos inéditos de nombre Perversiones, para los que estoy buscando editorial”, señaló Casco, quien también resaltó que Avilés Fabila fue “un autor que escribió muchos libros para todos los gustos: novelas, cuentos, memorias, ensayos, etc. No es difícil su literatura y está muy bien escrita. Además, tenía mucho sentido del humor”.

 

En ese mismo sentido manifestó su opinión Óscar de la Borbolla, quien fue amigo por muchos años de René Avilés Fabila, a quien conoció cuando este dirigía la sección El Búho en el periódico Excélsior.

 

“El humor fue central en su literatura y tuvo un gusto decidido por la cuestión amorosa, era un tema que le preocupaba mucho, y también le fascinaba lo que tuviera que ver con el mundo de lo fantástico. Tiene obras comoRéquiem por un suicida que es una novela más seria, en la que se reflexiona sobre la muerte, y también otro libro sobre su mamá, que es quizá el único libro triste de René, pero el resto de su literatura era festiva, humorística, amorosa y fantástica”.

 

Óscar de la Borbolla y René Avilés Fabila tuvieron una relación de amistad por más de treinta años, en los cuales se volvió costumbre que uno presentaba los libros del otro. “Comenzamos a tener una estrecha relación no solamente por la simpatía que le despertaba todo el mundo sino también por el gusto que a mí me despertaban sus escritos. Recuerdo con placer el libro Fantasías en carrusel, cuentos fantásticos que se reunieron en dos tomos.

 

“Sus libros van a hacer que su nombre perdure largo tiempo, y está también la multitud de alumnos a los que formó en el campo del periodismo. Hay un material enorme de su actividad como periodista”.

 

Mencionó también que Avilés Fabila “tenía gran afición por los trabajos de otros colegas y los fue reuniendo por donación y otros por compras y terminó integrando el Museo del Escritor. Ahí hay unas piezas interesantes para cualquiera que se dedique al estudio de la literatura mexicana. También hay manuscritos de algunos autores extranjeros, pero destaca el de Pedro Páramo corregido por Juan José Arreola”.

 

Y agregó: “Sería un muy bonito homenaje que ese museo tuviera por fin una residencia física con una museografía que hiciera lucir todas las piezas que hay. A un año de su muerte lo más importante que dejó es el hueco de un queridísimo amigo”.